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Para adolescentes: Comprender la hepatitis

La hepatitis es una enfermedad que daña el hígado por medio de la inflamación. Puede ser causada por grasa en el hígado, alcohol, drogas, hierbas, medicamentos, toxinas, obesidad o afecciones inmunitarias o genéticas. Pero con mayor frecuencia es causada por una infección viral. Esto se denomina hepatitis viral.

Hay cinco tipos de hepatitis viral. Los más frecuentes en los Estados Unidos son las hepatitis A, B y C.

Hepatitis A. Es altamente contagiosa. Las personas, especialmente los niños, pueden transmitir el virus sin sentirse enfermas. Suele transmitirse de las siguientes maneras:

  • actividad sexual con una persona infectada;

  • contacto personal cercano con una persona infectada;

  • comer alimentos o beber agua contaminada por una persona infectada;

  • consumo de drogas con una persona infectada.

Hepatitis B y C. Estas se transmiten a través del contacto con sangre o fluidos corporales infectados. Las hepatitis B y C pueden transmitirse de las siguientes maneras:

  • fluidos corporales como sangre y semen;

  • relaciones sexuales con una persona infectada;

  • compartir agujas, jeringas o equipos de preparación de drogas contaminados;

  • compartir elementos contaminados como cepillos de dientes, máquinas de afeitar o equipos médicos (como un monitor de glucosa) con una persona que tenga hepatitis B;

  • contacto directo con la sangre o llagas abiertas de una persona que tenga hepatitis B;

  • un pinchazo con una aguja u otros instrumentos cortopunzantes que han estado expuestos a la sangre de una persona con hepatitis B;

  • parto. Un bebé puede contraer la infección si nace de una persona con hepatitis B.

Si bien el virus de la hepatitis B puede encontrarse en la saliva, no se transmite a través de los besos o por compartir utensilios. La hepatitis B no se transmite a través de los estornudos, la tos, los abrazos, la lactancia, ni a través de alimentos o agua.

Hepatitis D. Solo ocurre en personas con hepatitis B. Se transmite de la misma manera que el virus de la hepatitis B.

Hepatitis E. Comúnmente se transmite a través del agua contaminada con materia fecal. Las personas también pueden contraer hepatitis E si comen cerdo, ciervo o mariscos poco cocidos. Es especialmente peligrosa si está embarazada. Puede causar problemas graves, como muerte fetal, parto prematuro o bajo peso al nacer.

La hepatitis viral puede mejorar sin tratamiento. La hepatitis A es una infección hepática aguda que generalmente mejora en pocas semanas sin tratamiento. La hepatitis A no permanece en el cuerpo a largo plazo. La hepatitis B y C pueden desaparecer rápidamente o convertirse en infecciones crónicas. Sus probabilidades de mejorar sin tratamiento dependen de la edad al momento de contraerse la infección. La hepatitis crónica aún puede tratarse. La hepatitis B puede controlarse, pero rara vez se cura. La hepatitis C a menudo puede curarse. En algunos casos, la hepatitis puede provocar daño hepático grave e incluso la muerte.

Una vacuna puede ayudar a prevenir las hepatitis A y B. Si una persona está en riesgo, se debe consultar al proveedor de atención médica al respecto. No existen vacunas para prevenir las hepatitis C y E.

Proveedor de atención médica colocando una inyección en la parte superior del brazo de un adolescente en la sala de examinación.

Qué se debe buscar

La hepatitis puede mostrar síntomas poco después de que se inflama el hígado, como ocurre en la hepatitis A. Pero algunos tipos pueden no mostrar síntomas durante meses o incluso años después del inicio de la enfermedad. Con el tiempo, el daño hepático puede causar problemas graves de salud.

Los síntomas iniciales pueden incluir:

  • cansancio;

  • pérdida del apetito;

  • náuseas;

  • dolores musculares y articulares;

  • fiebre;

  • orina de color amarillo oscuro;

  • heces de color gris o arcilla;

  • diarrea;

Los síntomas de las etapas posteriores son:

  • piel y ojos amarillos (ictericia);

  • piernas y abdomen hinchados;

  • orina de color amarillo oscuro;

  • sangrado interno;

Tratamiento

La hepatitis A puede tratarse con reposo y cuidados de apoyo hasta que desaparezca. No es crónica (a largo plazo). No hay tratamiento antiviral para la infección por hepatitis A.

Los tipos B y C a menudo se vuelven crónicos. La persona infectada será derivada a un proveedor de atención médica especial. Estos profesionales puede ayudar a obtener más información sobre la enfermedad y cómo manejarla. También se realizarán controles para asegurar que el hígado esté funcionando de la manera correcta. Si los análisis de sangre muestran que la hepatitis B está dañando el hígado, se administrarán medicamentos antivirales para disminuir las probabilidades de daño hepático y otros problemas. La hepatitis C se puede curar con medicamentos orales llamados medicamentos antivirales de acción directa, que generalmente se toman durante 8 o 12 semanas.

En caso de hepatitis no viral, se debe consultar a un especialista para que ayude a controlar y tratar la enfermedad. No se debe beber alcohol. Si es difícil dejar de beber, se debe hablar con el proveedor de atención médica acerca de asistir a un programa de tratamiento. Se debe tratar de mantener un peso saludable, hacer ejercicio y controlar cualquier otra afección, como la diabetes. Esto es importante independientemente del tipo de hepatitis que la persona presente.

Se debe aprender a manejar el estrés y la ira. Una afección denominada esteatohepatitis no alcohólica (NASH) se está convirtiendo en una causa frecuente de hepatitis, incluso en adolescentes.

Si no se recibe tratamiento

Las infecciones por hepatitis A y E suelen ser leves y desaparecerán. Las hepatitis B y C pueden permanecer en el cuerpo y seguir dañando el hígado, lo que provoca cirrosis y, finalmente, insuficiencia hepática. También aumentan el riesgo de desarrollar cáncer de hígado. Después de muchos años, es posible que se necesite un trasplante de hígado. Beber alcohol y tener sobrepeso pueden empeorar la enfermedad. Por lo tanto, es importante no beber alcohol y mantener un peso saludable.

Cómo prevenir la hepatitis

  • No se debe compartir nunca agujas para perforaciones, tatuajes o drogas, ni otros equipos utilizados para preparar drogas. Las hepatitis B y C pueden transmitirse a través de agujas infectadas.

  • No se debe compartir ningún artículo personal, incluidos cepillos de dientes, máquinas de afeitar y cortaúñas. Podrían estar contaminados con saliva, semen o sangre.

  • Nunca se deben tener relaciones sexuales sin protección. Se deben usar preservativos de látex. Si la persona o la pareja son alérgicos al látex, se deben usar preservativos de poliuretano.

  • Si una persona cree que puede haber estado expuesta a la hepatitis B o C, se debe consultar al médico de inmediato. En algunos casos, los médicos podrán recomendar un medicamento llamado inmunoglobulina contra la hepatitis B (IGHB) para ayudar a prevenir la infección. También se realizará una prueba de VIH.

  • Si la persona viaja a países donde la hepatitis B es frecuente y no ha recibido la vacuna contra la hepatitis B, se debe hablar con el proveedor de atención médica. Lo ideal es recibir todas las inyecciones antes de partir. Si no hay tiempo para recibir todas las inyecciones antes de viajar, se debe recibir la mayor cantidad posible.

Revisor médico: Raymond Kent Turley BSN MSN RN
Revisor médico: Sabrina Felson MD
Revisor médico: Vinita Wadhawan Researcher
Última revisión: 10/1/2024
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